“Devenir peronista”, por Hache Pavón
Hijos del Pueblo,
de Guillermo Korn. Buenos Aires, Las cuarenta, 2017, 336 páginas.
Dos:
Si tal como nos advertía Leopoldo Marechal: “con el número dos nace la pena”[i],
bien podríamos decir que con el número cuatro
nace el peronismo. En la década ‘40, una década en la que sucederían tantas
cosas en la Argentina, el golpe del 43, el 17 de Octubre del 45, las elecciones
del 24 de Febrero del 46 (en fin, la cadena de sismos que dieron lugar al
primer lustro del Peronismo Clásico), cinco intelectuales de las izquierdas:
Luis Horacio Velázquez (1912), Elías Castelnuovo (1893), José Gabriel (1896),
Jorge Newton (1901) y César Tiempo (1906), seducidos por la figura del General
Juan Domingo Perón y por las políticas del Estado de Bienestar, pasaron a
integrar el Movimiento Nacional Justicialista.
Tres:
Como dicen que dijo Osvaldo Pugliese: “los espero a los cuarenta”. El peronismo,
el tango y el vino tinto detentan, según parece, la misma paciencia. Los
intelectuales de Korn arribaron al peronismo alrededor de sus cuarenta, venían desde
las izquierdas (como gustaba de decir David Viñas para nombrar esa amplia
tradición no exenta de tensiones y contradicciones), desde el Partido
Socialista o Comunista, en su tradición china o soviética, desde las
redacciones de la revista Claridad o
del periódico La Vanguardia.
Cuatro:
Puede leerse, resulta atractivo leer el libro de Korn, no sólo como la
transfiguración de una tesis de doctorado, sino también como una novela de
viaje (acaso toda tesis lo sea). Aunque en este caso, uno ya sabe cuál es el
punto de partida y cuál el de llegada, el subtítulo del libro lo declara
abiertamente: “Intelectuales peronistas: de la Internacional a la Marcha”,
como cuando Julio Verne nos avisaba: De
la tierra a la luna o Viaje al centro
de la tierra. Entonces, todo el suspenso del libro está en saber qué
provocó esa otra transfiguración, ya no la del texto sino la de esos cinco
hombres que emprendieron un viaje inusual para la época, antes de que las
izquierdas, consumada la autodenominada Revolución Libertadora, revisaran sus
posiciones en relación con el peronismo, y mucho antes de que en la década del ʻ70
algunos jóvenes soñaran con la Patria Socialista por vía del peronismo. ¿Por
qué emprendieron ese viaje estos “adelantados”? Esa es la cuestión.
Cinco:
La respuesta a la pregunta que interroga por esta causa justa se desarrolla a
lo largo del viaje y tiene su punto de partida en uno de los bordes del libro,
el epígrafe del “Prólogo”: “Para muchos intelectuales de los años 40 –y en
adelante–, a los que el peronismo les toleró que no hablaran el lenguaje creado
por su gozosa amalgama, fue posible declarar que ese nombre, peronismo, significaba el imperio mismo
de la lucha de clases en términos canónicos, pero hablada con un idioma
vocinglero. Se lo podía acompañar sin redundar con él ni tomarlo como liturgia
acabada”.
Horacio
González da vuelta la culpa inveterada, donde se acusa al peronismo de alianza
de clases, señala la lucha con otras armas y sobre todo con otras voces. Son
las voces (el plural es deliberado) del pueblo que, como cuenta Scalabrini
Ortiz: “Venían de las usinas de
Puerto Nuevo, de los talleres de la Chacarita y Villa Crespo, de las
manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones y acerías del
Riachuelo, de las hilanderías de Barracas. Brotaban de los pantanos de Gerli y
Avellaneda o descendían de las Lomas de Zamora. Hermanados en el mismo grito y
en la misma fe iban el peón de campo de Cañuelas y el tornero de precisión, el
fundidor mecánico de automóviles, la hilandera y el peón. Era el subsuelo de la
patria sublevado. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba, como asoman
las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto. Era el
substrato de nuestra idiosincrasia y de nuestras posibilidades colectivas allí
presente en su primordialidad sin reatos y sin disimulos”.
A esas voces se sumarán, como quien de súbito se
suma a la marcha del 17 de Octubre de 1945 a la altura del Riachuelo, las de
estos cinco intelectuales, el libro narra ese devenir y el precio que pagaron
por cruzarlo.
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