“Comerse una rata”, por Edgar Durruti




V Invasión Extraterrestre. Escrita y dirigida por Kenneth Johnson, NBC EE.UU. 1983-1985 (tres temporadas), HBO Max. 

 


Sobre gustos no hay nada escrito, vale. Pero tampoco es cuestión de comerse una rata. Gracias a HBO Max he vuelto a ver aquella icónica serie que de chaval me impresionara tanto y os diré una cosa: otra vez me come el coco eso de que los alienígenas nos conviertan a todos en chuleta de tiempo completo. 

Es cierto que al remake de 2009 (ABC) le faltaba un hervor o parecía aplatanado, porque los malos para dar miedito tienen que ser malos de verdad, ¡y estos que visionamos en 2023 vaya si lo son! Las cosas claras y el chocolate espeso.

Desde que Sinclair Lewis se metió en el ajo con It Cant´Happen Here (1935), las distopías que abordan el tema del avance del fascismo totalitario no han faltado en papeles y pantallas (vosotros haced la lista, hoy no me pillan con tiempo). El hallazgo de Kenneth Johnson fue convertir el drama en un problema de invasión intergaláctica, enmascarado en promesas de felicidad pomposa y prosperidad edulcorada, con personajes que están para tirarse el pisto. La guinda del pastel se lo lleva Diana, que hace de ultravillana reptílica y compite en maldad con la punk y blonda Lydia. Mike Donovan trastoca la cámara por el fusil al grito de “¡Ajo y aguantar!”, para unirse a la Resistencia, liderada por la científica Julie Parish, a quien cualquier problema (biológico, informático o social) le resulta una papa. ¡Venga! Cada cual a su papel y que los televidentes se la gocen con este desparpajo de referencialidad que ofrecen los tiempos... Aunque no haya pan para tanto chorizo porque los alienígenas: vienen por todo. Vienen por el agua, vienen por los recursos y vienen por el bife y a cortar el bacalao: al que no se la dan con queso, le comen la tostada o lo mandan a freír espárragos. 

¡Madre mía! ¡No entiendo ni J! –diréis. La cosa es sencilla, no hay que buscarle el pelo al huevo ni irse para el lado de los tomates: si ganan los come-ratas estamos en el horno.  


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