“La serpiente, el huevo y la bandera (Espiral II)” por Florencia Eva González
En el 2021, Nicolás Emma, presidente del Partido Libertario de Milei y tercero en la lista cuando fue electo diputado, agitó la bandera Gadsden, utilizada como símbolo por grupos e individuos de extrema derecha, con la serpiente cascabel enroscada y lista para atacar sobre un fondo amarillo. “Don’t tread on me”, decía (“no me pises”), flameante en el escenario mientras un guardaespaldas mostraba “al descuido” un arma en su cintura. Debajo, los seguidores cantaban: “¡Basta de negros!”. Fue noticia de segundo orden sólo por un día. Mientras, se multiplican marchas de neofascistas en muchas ciudades europeas, himnos o consignas como “Alemania por encima de todo” -frase de Hitler escuchada en un court de tenis en el US Open 23. Muchos políticos traducen y reformulan en términos democráticos la xenofobia, el diseño de un enemigo interno y justificaciones para desempolvar la violencia política. Por ejemplo, Donald Trump en Estados Unidos, Matteo Salvini en Italia, Santiago Abascal en España