“La pasión después de Viñas”, por Hache Pavón
Pasiones Teóricas. Crítica y
literatura en los setenta, de Diego Peller. Buenos Aires, Santiago
Arcos, 2016, 375 páginas.
Una
vez concluida la lectura y dispuestos a escribir acerca de Pasiones Teóricas, la primera dificultad es la clasificación. ¿Se
trata, como sugiere la contratapa en una clave metafórica en boga desde hace
unos años, de una cartografía de la crítica de la literatura argentina de los
setenta, atravesada por diversas corrientes teóricas (el existencialismo, el estructuralismo,
el psicoanálisis, etc.)? En caso de que el lector responda de manera afirmativa,
se encontrará con un trabajo exhaustivo y con un mapa que por extenso no pierde
profundidad.
Peller
trabaja sobre tres esferas textuales: la de la teoría, la de la crítica y la de
la literatura. Su narración, el libro también puede leerse como una historia de
la crítica literaria en la Argentina, desde los años ’60 hasta la actualidad
(con intrigas y personajes: Viñas, Prieto y Sebreli; García, Masotta, y
Lamborghini; Sarlo, Altamirano y Piglia por ejemplo), se vuelve atractiva
cuando los elementos de una esfera invaden, como fuerzas bárbaras, las otras. En
rigor, la que desborda como un magma volcánico sus propias fronteras, es la
teoría. Las pasiones teóricas se apoderan de estos personajes (los atraviesan)
y luego impregnan sus tareas críticas y, todavía más, sus tareas literarias.
La
clave para segmentar las últimas cinco décadas de trabajos en y en torno a la
literatura está en las Revistas Literarias: Contorno,
Literal y Punto de vista entre otras. Peller da cuenta del devenir de cada
una de ellas: los inicios (con sus concepciones de la literatura y sus
programas/manifiestos), los apogeos y las desavenencias entre sus integrantes
y, finalmente, los cierres. Curiosamente, el inicio de esta historia coincide
con un final: se trata del ocaso de la revista Contorno, de la que se publicaron 10 números entre 1953 y 1959. El programa
del grupo de intelectuales que se reunió alrededor de Contorno incluía, desde luego, una teoría, en este caso, una teoría
política. La presencia de David Viñas, su vehemencia y “su fe absoluta en las
palabras” [1] y acaso en la política (que
parece devorarlo como el tigre –de los Llanos– devora, finalmente, a Facundo
Quiroga en Barranca Yaco), determinan la suerte de Contorno [2].
En principio el programa implica (tal como aludimos en nota al pie) una
relectura crítica de la historia de la literatura argentina desde la clave
“literatura argentina y realidad política”, la clave Viñas podríamos decir, sin
embargo más tarde, cuando la teoría se vuelve pasión, esta “manera de leer” se
vuelve exigencia, demanda, para todos los escritores, para los que integran el
grupo Contorno y para los que no (para
ese entonces la teoría ha trascendido sus propias fronteras, las de la crítica
y ha arrasado las tierras de la literatura).
Pero
la teoría política no es la única que despierta semejantes pasiones. Peller
recorre el devenir no menos atractivo de otras y responde con lucidez una serie
de interrogantes que nos vamos formulando en el transcurso de la lectura: ¿Qué
ocurre cuando el psicoanálisis se come a la literatura? ¿Qué ocurre cuando el
signo subsume al referente y la única realidad es la palabra? ¿Qué ocurre, en
definitiva, cuando como un magma volcánico la pasión por la teoría, cualquiera
sea, lo devora todo: la crítica, la literatura y, en primera y última
instancia, las personas?
[1] La
atribución, señala Peller, le corresponde a Nicolás Rosa.
[2]
En Boca de Sapo N° 21, consultado
acerca de su paso por Contorno, Noé
Jitrik ofrece una definición muy ajustada de la relación de Viñas con la
literatura: “A David le interesaba la literatura para destruirla”. Esa
destrucción se produce, entendemos, cuando la política opera como clave única de
lectura. En la misma línea, Beatriz Sarlo lee la historia de Contorno: “Todo Contorno es un ajuste de cuentas” (Punto de Vista, 1981). Este ajuste se corresponde con dos
operaciones simultáneas: una revisión crítica de la historia de la literatura
argentina y una redefinición del canon.
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