“Una diva peronista”, por Miryam Pirsch

 

No me arrojes al olvido, de Marcelo Blanco y Paula Tomassoni. Buenos Aires, La Con-Heja, 2020, 46 páginas.

    

 

En una actitud semejante al harakiri de los japoneses nadie quiere recordar

 ni acordarse de las generaciones anteriores. De este modo el país se ha

transformado en modelo para la des-memoria. No es que la mente sea selectiva,

 es mentira. La mente se ha convertido en una trampa

 donde caen las presas para ser exquisitamente enviadas

 a un mundo en el que reina la confusión. 

Abel Posadas, “La des-memoria”



Para quienes transcurrimos una infancia con televisión en blanco y negro y cuatro canales (cinco si tenías la suerte de captar canal 2 de vez en cuando), el cine argentino de su época dorada convivía anacrónica y pacíficamente con los dibujos animados o Pepe Biondi. Ese cine nos ofrecía modelos de mujeres que iban de las ingenuas como María Duval a las divas de teléfono blanco, como Mirtha Legrand o Zully Moreno, pasando por las más temperamentales como, Tita Merello o Mecha Ortiz. Nos separaban décadas de ellas pero participaron en la construcción de nuestra noción de espectáculo. A excepción de la leyenda negra que persiguió a Fanny Navarro, nada explicitaba a qué ideario habían adherido nuestras divas fuera de la pantalla y todavía no contábamos con las herramientas críticas para leer lo que estaba implícito en sus largometrajes. Nadie puede hoy desconocer el claro alineamiento ideológico de la única sobreviviente de esta lista que abonó el macrismo desde sus almuerzos y cenas, donde no solo se manifiesta sino que se propagandiza aun hoy, COVID19 mediante, a través de su nieta-heredera.

A cien años del nacimiento de Zully Moreno, No me arrojes al olvido. Zully Moreno, la diva peronista es un libro de artista donde Marcelo Blanco (fotos) y Paula Tomassoni (textos) nos proponen traer al presente a la diva para dotarla de sexualidad y de ideología. Porque la suya no es una mirada melancólica de aquello que forma parte del pasado personal sino una visita para desvelar las zonas silenciadas u olvidadas hoy, décadas después de su esplendor, décadas después de su muerte. Un valioso ejercicio de memoria para las generaciones que la conocieron y para aquellas que la conocerán a partir del contacto con este libro, como propone Abel Posadas en el prólogo: lejos de la nostalgia bobalicona, lejos del olvido, pero como un pleno ejercicio de resistencia frente a la propuesta del presente como des-memoria.

Blanco despliega una serie de fotografías donde el erotismo de desnudos masculinos se funde con diversos retratos de la diva en cuestión en un fuerte contraste de imágenes, colores, texturas, poses y palabras que a veces remiten a títulos de la filmografía de Moreno, pero la disparan, discursiva e iconográficamente, a nuevos y más osados territorios. Títulos como “La mujer de las camelias” o “Celos” despliegan en la nueva composición aquello que el largometraje velaba en sintonía con las convenciones de la época. Desde “Donde el negro pájaro nocturno canta su tristeza”, una Zully con aire de Marilyn Monroe sonríe pícaramente ¿a lxs espectadores? ¿a los chongos con los que comparte la página? Blanco corre a la diva del lugar de la pasividad de ser observada en una pantalla y la ubica como sujeta observadora: unas veces de frente, otra desde rincones o entre visillos, pero es la dueña de la mirada.

Los cinco relatos de Paula Tomassoni también ponen a Zully Moreno fuera de la pantalla, en situaciones que íntimas, privadas, proponen pasados alternativos donde la protagonista no es la estrella sino Zulema… la señora de la casa, la amante, la hermana, la anciana con Alzheimer, la peronista, la exiliada. Diálogos en su mayoría, la voz que la autora construye para su personaje muestra los pliegues de la ternura, de los recuerdos, de la convicción, del deseo que a la gélida rubia de la pantalla no le escribió ningún guionista. Tomassoni escribe pero también reescribe y recontextualiza como antes se hizo con las imágenes, especialmente en “La doctrina”, un diálogo que lxs cinéfilxs y lxs lectores de la doctrina peronista disfrutarán especialmente por los cruces que establece.  

Más que un libro, No me arrojes al olvido es un acto de amor hacia Zully Moreno, una devolución a tantas historias que nos contó desde la pantalla. Y qué mayor homenaje para nuestra diva nacional y popular que el hecho de que este objeto maravilloso pueda descargarse y circular gratuitamente desde un enlace de libre acceso. Así es y aquí queda a disposición… Y que Dios se lo pague.

 

Disponible en: No me arrojes al olvido. Zully Moreno, la diva peronista

 

 

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