“Sublime mamotreto mestizo” por Agustín Conde De Boeck
Malasya de marmat (Marcelo Padilla). Córdoba, Nudista, 2024, 480 páginas. Gabriel Marcel, esa especie de versión bonacible del terrible Léon Bloy, señalaba la radical diferencia de acento que separa la frase “Dios ha muerto” cuando la pronuncia Nietzsche o cuando lo hace Sartre. Si el primero se para ante el abismo de esa revelación y absorbe completo el vértigo de la ausencia que registra, en el segundo, que la proclama ante los periodistas mientras desciende del avión, la afirmación llega permutada en eslogan cínico. En el deicidio nietzscheano fermenta una Angst , un duelo incluso, que en Sartre se reduce a la forma plana de un desentendimiento, casi adolescente, respecto de lo sagrado a partir del cual habilitar una libertad llena de responsabilidades, autosuficiencias y angustias impostadas. Contrariamente a lo que parece por las derivas de cada programa, la libertad de un universo sin eje teológico es más lúgubre en Nietzsche que en Sartre: ¿o al fin y al cabo no es la fan...