“Para sufrir, el teatro no”, por Karina Wainschenker (Entrevista a Maruja Bustamante)
En un biodrama, los teatristas
se convierten en investigadores de sí mismos revolviendo su propio archivo:
fotos, videos, cartas, y también los recuerdos. Maruja Bustamante cuenta en
esta entrevista detalles del proceso creativo de Maruja enamorada, biodrama que recorre su vida amorosa. Sumergirse
en su propio “archivo” dio lugar a distintas reflexiones y en ellas aparecieron
sus padres, su cuerpo, su salud, su actriz, su banda con Iti –compañero en
escena–, su recorrido y sus deseos como artista. Todos ellos se conjugan
felizmente en este biodrama sobre el amor bajo la dirección de Vivi Tellas.
Porque amor con dolor, nos puede tocar; pero para sufrir, el teatro no.
- ¿Cómo fue el trabajo creativo con los materiales de archivo para Maruja enamorada?
Empecé un taller de biodrama
con Vivi Tellas y allí nació la idea. Yo quería hacer algo con el amor como
tema y me puse a juntar materiales: aparecieron fotos, cartitas… Al principio
charlábamos mucho y yo le mostraba ese material. Partí de la foto de mi mamá y
mi papá bailando, después se la mostré a Vivi [Tellas]. Yo tenía cajas y
cajas de material. Y fuimos cerrando. El tema era el amor, así que le mostré lo
que tenía de novios, chicos que me gustaban, cartas. Tengo muchas cartitas.
Quedaron algunas en la obra pero no todas, tenía un pilonazo.
Otros materiales fueron
surgiendo en el transcurso de la obra. Es cierto que uno de mis ex novios me
escribe y me dice: "che, ya veo que hacés un biodrama y hablás mal de
mí" y me mandó la foto. Todo eso que aparece en la obra es verdad. A ella
[Vivi Tellas] le causó mucha gracia y lo pusimos. Igual él, en la estructura
que teníamos, estaba entrando también, pero no sabíamos cómo y nos lo dio
servido en bandeja. Esto fue antes de estrenar, fue parte del proceso.
Otra cosa que pasó durante fue
con mi mamá y mi papá. Yo vengo hace bastante documentándolos, justamente
porque ellos me dicen que se enamoraron solamente una vez, entre ellos, pero
que les duró re poco, solamente cuatro años (que es cuando yo nací). Los vengo
documentando hablando de eso y tenía cosas, sobre todo tenía cosas de mi papá
que a Vivi no le interesaron sólo lo quiso mostrar al final de la obra. Cuando
vino mi mamá a verme porque yo estaba por estrenar una obra (mi mamá siempre
viene para mis estrenos) y a mí se me ocurrió (justo era el día del padre),
invitarlo a mi papá a mi casa y preparé todo para grabar: el radiograbador, la
música le gustaba a mi papá y que lo iba a hacer bailar sí o sí.
Le dije a Vivi "creo que
tengo el final de la obra" y le mostré lo que había registrado. Ella me
dijo como que todos fueron actos de valentía mía: juntar a mi mamá y a mi papá,
en secreto, porque no se podía enterar su esposa. Ese día vino mi hermano
también, que se emocionó mucho porque después de miles de años los cuatro
almorzamos juntos y yo grabé todo de eso. A mi hermano hablando, a mi mamá, a
mi papá, hay de todo, ellos bailando, yo bailando con mi hermano, hay de
todo...
Vivi lo que hizo fue crear la
dramaturgia con todo el material que yo le iba dando, que era mucho. Yo estaba
entre lo emotivo que me parecía trabajar con eso, lo desconocido que era para
mí la estructura del biodrama… lo que hice fue confiar en ella y durante el
proceso tratar de comprender qué podía interesarle, qué llevarle que le podía
servir para contar, y tratar de entender qué es lo que quería contar.
En un momento hubo todo un debate
a ver si se trataba o no el tema de mi gordura. Después ella dijo "esto no
es como un reality". Lo quiso descartar y se dice una sola vez en la obra.
Pero para mí el solo hecho de que la que esté diciendo esas cosas y contando
esas historias sea una persona gorda ya está, ya bastante signo, bastante
pesado (valga la redundancia, o sea, literal). No está hablando una chica
hermosa que tuvo mala suerte, está hablando una piba gorda. El otro día una
chica se quejó y me dijo "che, pero no dicen nada sobre tu gordura ",
viste que ahora está medio de moda defender a las gordas... y yo le dije que
pensaba, después de tanto tiempo de hablarlo y hablarlo, que era muy importante
la salud y que creía que solo el hecho de verme había unos que no iban a
tener el prejuicio y otros que lo iban a tener per se, digamos, al verme.
- Con esto que me contás, me surge preguntarte qué relación pensás que existe
entre la salud, la belleza y el amor.
Yo creo que la salud es algo muy importante, después
de haber tenido problemas de salud. Tuve que llegar a que me operen de la
vesícula o que se me venza la rodilla para decir “bueno, basta”. Llegué a
pesar máximo 165 kilos. Ahora bajé más de 60. Tengo otro cuerpo y creo que tuve
siempre prejuicio con la belleza porque yo no pertenecía a ella para los
cánones, los estándares. Fui una punky rebelde que me quejaba de todo y de
todos. Igual me salvaba que quería hacer teatro, que quería hacer algo.
Entonces me metí ahí y evadía el tema. En el mundo de los artistas la
discriminación no se vive tan fuerte porque son mucho más abiertos. Realmente
es otra cosa. Pero yo pienso en una piba cualquiera, gorda, que trabaja en una
oficina y lamento realmente por su corazón porque se reciben muchos... Desde
chiquita te cargan en la escuela, en la calle. Vas a un lugar y te dicen algo.
No pueden parar de... A ver, todos tienen problemas, pero al gordo el problema
se le ve. Se ve, es visible, tiene un problema, lo estamos viendo. Y a nadie le
gusta la gente con problemas. La salud puede ser un problema. Es entrar en un
círculo de enfermedad, porque se va trasladando a todos lados: está en tu
sobrepeso y se va a tus órganos, y se te va a la cabeza también. Aunque no lo quieras,
se te va a la cabeza, y eso es difícil que lo entienda el gordo. Yo misma lo digo
por mí.
- Paso a la siguiente pregunta. Como actriz, ¿qué desafíos tuviste al
trabajar un biodrama?, es decir, ¿qué desafíos desde las técnicas actorales que
ponés en juego?
Yo siempre actué bastante
desde mí, por lo tanto no me costó decir "hola, soy Maruja".
Igualmente, Vivi armó una estructura de contención donde yo actúo,
efectivamente, porque hago de mí. Está Iti, que por supuesto no fue todos mis novios. O sea, hay mucha
ficción dentro de la obra en la que uno se puede anclar y decirse "estoy
actuando". Las primeras funciones yo hacía una especie de chiste que
pisaba el piso fuerte y decía: "teatro, teatro, teatro..." como para
creérmelo, porque esas primeras funciones fueron duras. No esperaba que lo
fuera tanto. Me quedaba muy angustiada. Porque uno va hablando de eso, por más
que ya lo habló mil veces, que lo ensayamos cuatro meses, lo que sea... cuando
estás frente a todas las personas, confesando (de alguna manera) tus cosas te
vienen otras, recordás. Es más, yo en cada función me emociono por algo
diferente. Me acuerdo de algo, se agranda el recuerdo, y de repente estoy
atrapada en esa emoción y tengo que seguir la obra. Se mezcla pero está la
técnica. En lo que me ayuda la actriz es a poder no irme, justamente: "no
te vayas con ese pensamiento que tenés que seguir", "tenés que
agarrar el chancho y poner el cassette ahora, Maruja". Cosas así, como
próximas postas. La actriz me ayudó a cumplir las formalidades de la puesta. La
actriz, la formalidad de la puesta, la directora, la dramaturgia, todo eso me
cuidó para que no sea fuera catarsis o una especie de psicodrama, que no era la
idea. Vi mucho biodrama, los de Vivi, y otros. Uno lo ve de afuera tan
brillante, simple, y cuando lo vive va viendo cómo te va cambiando. A esta
altura de las funciones ya es otra cosa. Ya la puedo disfrutar cuando la hago.
Lo fui aprendiendo a disfrutar y siempre le descubro otras cosas. La obra me
ayudó mucho a adelgazar, a pensar en mi salud, a pensarme a mí como artista; a
pensar qué tipo de artista soy y qué tipo de artista me gustaría ser. Fue una
experiencia buena. Mucha, mucha reflexión. Y nunca me deja sola Vivi. Tiene
siempre mil cosas para hacer pero siempre está muy presente. Cuando está ella
le prestás atención a ella, y si bien es algo que a ella podría no importarle,
se da cuenta y contiene. Por ejemplo, salimos y vamos a comer y está todo el
tiempo con la intención de que ya se acabó, ya está, eso lo dejamos ahí, lo
dejamos en el escenario, y ahora estamos acá comiendo tranquilas. Por eso
también para mí ella tiene razón cuando dice que es muy importante lo de la
picadita simbólica final. Para mí, y para la gente. Para todos. Es como decir
“bueno, no pasa nada, yo cuento esto como a todos les pasan cosas”.
- ¿Cómo fue la inclusión de Iti, el hermoso, tu compañero en tu banda
TEAMO?
Vivi quería que incluyera un
actor y yo sugerí a Iti [Ignacio Ocampo]. Ella quería probarlo a ver si él podía
actuar. No es que no fuera actor sino que nunca había "aplicado". No
sé cómo explicarlo. Él es asistente de Gabriel Gavila, que da clases de
improvisación. Él no actuó en teatro pero sí es profesor de esa técnica.
Entonces, era muy fácil trabajar con él porque todas las propuestas de Vivi
eran para improvisar. Por ejemplo, una de las improvisaciones fue que yo fuera
relatando novios y él tenía que hacer de cada uno de ellos. Es decir, yo
hablaba y él lo imitaba -como se lo imaginaba él según lo que yo decía,
obviamente-. Otro que hicimos fue el de las muñecas. Un día Vivi me dijo
"me parece que tengo el nombre: Maruja enamorada". Le contesté:
"Parece el nombre de una muñeca, como Maruja enamorada, Maruja secretaria,
Maruja..." y me hizo hacer muchas muñecas. Eso al final no quedó, pero era
gracioso.
-¿Cómo articulaste junto con tu banda y con tus otras facetas como
artista en esta obra?
Para mí fue hermoso poder
incluir a la banda porque yo cuando estoy con Iti me siento bien. Sí hay una
cosa que yo pienso hace como dos años que es que todas las cosas que haga
tienen que hacerme sentir bien. Sobre todo si son independientes. Cosas que me
hagan sufrir, no. El primer día Vivi dijo: “para sufrir, el teatro no”. Yo siempre
pensé eso y traté de aplicarlo, pero igual es difícil. Cuando
apareció ella me dije "sí, esta es una gran verdad". Así que
compartirlo con él para mí es genial. A veces se confunde porque algunos
piensan que TEAMO es una banda que inventó Vivi. Entonces Iti se pone medio
celoso. Pero no, nosotros tocamos aparte, y con la obra la banda se resignificó
también. Mejoramos mucho, incluso. Al principio no la tomábamos en serio. Éramos
amigos y nos reíamos y divertíamos juntos. Pero cuando él conoció tanto... Él
sabe todo de mí porque estuvo en el proceso de ensayos. Vio toda mi intimidad,
mi familia… Y yo de él. Hubo algo que nos unió de otra forma y se creó una cosa
más especial entre nosotros dos para poder crear lo otro, lo otro que nosotros
estamos creando con la banda.
- ¿Por qué elegiste el amor para esta obra?, o mejor dicho, ¿qué
significa el amor para vos?
Una pavada, que respondo como estándar, es que me
acuerdo una vez que Kartún dijo que cuando empezás a escribir dramaturgia,
primero querés hablar sobre tu papá y tu mamá. Cuando pasás eso, el siguiente
paso es hablar del amor. Eso dice él. Yo sin querer cumplí la profecía de que
en las primeras obras siempre se muere alguien. En la primera se murieron,
después hablé siempre de mis papás. Entonces, de repente, dije "tengo que
hablar del amor". Y el amor, en mi caso, a veces es... Yo siempre sufrí
mucho el amor. A mí me gusta bastante la astrología y tengo Venus en Escorpio. Una
vez un astrólogo me dijo que Venus en Escorpio es amor con dolor. Justo.
Entonces yo empecé a leer de eso y, claro: siempre me encuentro en relaciones
imposibles o platónicas o agresivas. Nunca es algo armónico. No sé, siempre me
pasó eso. Yo siempre se lo adjudiqué a la gordura como muchas personas que
salieron conmigo que me han escondido. Como dice un amigo mío, tienen clóset de
gorda. Cuando era más chica, un novio me dijo: "no, no te puedo presentar
a mi papá porque mis hermanos me van a gastar". Me lo dijo sinceramente.
"Yo te quiero y todo pero no puedo". No podía negociar con eso. No
podía ir y decir: “sí, esta es mi novia y pesa 130 kilos”. No lo podía asumir.
A veces yo pienso que a alguien yo le gusto pero
que el tema del cuerpo le pone una barrera. Algo de todo eso me hizo empezar a
pensar y hablar sobre eso. Sobre el amor desde mi punto de vista. En la obra Dios tenía algo guardado para nosotros, se
habla de esto. Igual, en este caso la actriz no es gorda sino que es muy alta,
y él es más bajito que ella, flaquito, muy flaquito. Es la relación entre ellos
dos. Vamos a ver qué pasa. Usé una especie de coloquialidad un poco más naba,
medio tele. Pero vamos a ver cómo sale...
INFORMACIÓN SOBRE LAS FUNCIONES Y
FICHAS TÉCNICAS
Últimas dos funciones: 9 y 16 de agosto, 23 hs. El Estepario teatro
(Medrano 484).
Director: Vivi Tellas | Autor: Maruja Bustamante y Vivi Tellas | Actúan:
Iti el Hermoso y Maruja Bustamante | Diseño gráfico: Horacio Gallo | Producción:
María Solari | Asistencia de dirección: Nico Capeluto | Investigación:
Gael Policano Rossi | Fotografía: Nicolás Goldberg | Producción
ejecutiva: María Solari | Asistencia de producción: Nico Capeluto | Prensa:
Carolina Reznik | Fanpage: www.facebook.com/MarujaEnamorada | E-mail: marujaenamorada@gmail.com
Funciones: Viernes de agosto, 21 hs. La Casona Iluminada (Corrientes 1979).
Actúan: Bárbara Massó, Gonzalo Pastrana y Gael Policano Rossi | Luces:
Rocío Caliri | Escenografía y Vestuario: Grupo Capicúa | Realización del
poncho: Mónica Bellusci | Colaboración
en artes visuales: Luz Peuscovich | Asistente de dirección: Luciano Vargas | Ayudante
de dirección: Flavia Calise | Primer asistente de producción: Lucas Sanchez |
Prensa: Carolina Reznik | Producción: Luciano Lomastro | Texto y puesta en
escena: Maruja Bustamante.
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