“Sin paz” por Sabine Schlickers




Antártida. El viaje de una cobarde de Luz Pearson. Buenos Aires, Futurock, 2025, 176 págs.


La primera novela de la poeta y dramaturga Luz Pearson (Buenos Aires, 1974) fue galadornada con la Primera Mención del Premio Futurock Novela 2024, por un jurado integrado por Alan Pauls, Carla Maliandi y Julián López. Es un texto muy singular y tenso que impacta terriblemente al lector. Trata de una joven mujer que habla desde un gran freezer, dónde se está congelando a dieciocho grados bajo cero. Su pareja la saca a diario para descongelarla, violarla y cortar pedacitos de carne de su nalga, tal como en Cadáver exquisito de Agustina Bazterrica. El prólogo inicia este juego con la realidad de un modo sutil: “no se puede morir sólo un poco, cuando morimos, morimos bastante”, refiriéndose tanto al cuerpo como al alma de la protagonista Paz. Es una mujer enajenada, que se autolesiona, que observa y narra de un modo impasible y aniñado a la vez lo que le sucede con el “hombre ancla”, como llama siempre a su pareja. Este apodo transmite un deseo de protección y estabilidad que este hombre está lejos de poder otorgarle. Es un mecánico basto y machista, que le provoca asco, pero quiere ser amada sin poder amar. Él la trata como a una nena a la que hay que explicarle los pormenores de la casa y del auto, y a la que, cuando no hace las cosas bien, riñe como lo haría una mala madre. La casa está totalmente destaladrada, se llena de ratas y de humedad. Ella se le somete siempre, pero no por miedo, sino para sentirse o para imitar una escena de película, aunque no sabe si le gusta, si quiere seguir, y elige simplemente que la cosa siga. O lo hace por otra razón que se revela solo hacia el final:  en una ocasión, en la que discute con su pareja, se mete en el baño y escucha desde el otro lado de la puerta sus reproches –se siente humillado y despreciado por ella– y ella reconoce a sí misma que es mala, que lo desea y lo rechaza a la vez. Entonces sale otra vez sumisa, ofreciéndosele como una niña: “me saco la remera y la bombacha, desnuda, con la mano haciendo casita sobre la vulva y la cabeza gacha”. En este gesto se esconde una historia de abuso con el padre que se presenta de un modo ambiguo y contradictorio –como todo en este texto alucinante de prosa poética contado en un presente eterno, absoluto, como el hielo de la Antártida con la que sueña constantemente–. Paz quisiera repetir el penúltimo viaje de Shackleton, el explorador que quiso cruzar la Antártida pasando a través del polo. Su barco Endurance quedó atrapado en una banquisa de hielo que lo fue aplastando lentamente hasta hundirlo. La protagonista lo admira, porque gracias a la habilidad de Shackleton nadie de su equipo murió. 


| El tema de la violencia de género recorre la novela entera, pero se ubica en una zona gris en la que ambos están atrapados |


En su narración se borran los límites temporales y geográficos: la protagonista cuenta en un eterno presente, insertando, no obstante, muchos flashbacks contados en el mismo tiempo, como si ocurrieran al instante. Con este recurso engañoso y original se producen ambigüedades: ¿es sueño, recuerdo, imaginación o hecho lo que se narra con un ritmo muy variado? Otra técnica llamativa es el fade in/fade out de reminiscencias a la expedición de Shackleton o a su viaje a Antártida en momentos de crisis, o sea, casi permanentemente:


¿No te das cuenta de lo molesto que es escucharte, tenerte cerca? 

Hombre ancla me hunde. 

Aire, manotear una ventana que abra alguna posibilidad al pánico. 

Es necesario iniciar una nueva expedición en busca de ayuda. Mientras esperan que se abran nuevas vías de agua entre el hielo que liberen al Endurance, el carpintero de la nave construye una nueva barca con las maderas del barco. […]

Te dije que no se hace así, ¿no entendés, te hago un tutorial? ¿Tanta cabeza para leer y pensar y no podés resolver algo tan simple como lavar una lechuga? (106)


El tema de la violencia de género recorre la novela entera, pero se ubica en una zona gris en la que los dos están atrapados entre su deseo, la violencia, la atracción y el rechazo. Paz solo encuentra paz en su viaje a la Antártida. 


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